Agua y Aceite (José Antonio Páez- Cristóbal Mendoza)
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1863 - José Antonio Páez fotografíado por de Anonimi (0,255 x 0,20)
Cristóbal Mendoza Trujillo (Edo. Trujillo) 23.6.1772 - + Caracas, 8.2.1829
Tomado de:
FRANCISCO GÁMEZ ARCAYA | EL UNIVERSAL
Miércoles 2 de mayo de 2012 03:17 PM
Eran personajes antagónicos. Cristóbal nació en Trujillo,
humanista y gran abogado, por entonces líder civil de la provincia de Barinas a
comienzos de la Independencia. José Antonio nació en el llano, su carisma
poderoso esclavizaba las voluntades de los hombres para ponerlos al frente de
una guerra usualmente resuelta a machetazos.
Recorrieron caminos distintos. Cristóbal Mendoza, antes de
llegar a Caracas en 1811, a los treinta y ocho años de edad, es nombrado cabeza
del Triunvirato Ejecutivo por el Congreso Constituyente, preside la recién
nacida República y firma de primero el Acta de la Independencia luego del
acuerdo del 5 de julio. De ahí en adelante, Mendoza contribuía a organizar la
estabilidad civil que diera permanencia a los logros militares
independentistas. Sirvió al país en altísimas responsabilidades y en 1827,
según los acuerdos alcanzados entre Bolívar y Páez, Cristóbal Mendoza es
nombrado Intendente de Venezuela.
Por su parte, José Antonio Páez, por los años de 1813, era un
aguerrido pero desconocido miembro del ejército patriota. En 1816, a fuerza de
batallas y liderazgo, Páez es ascendido a general de brigada y nombrado por sus
pares como jefe absoluto de la llanura. En 1818 se entrevista con el Libertador
y de ahí comienza una unión que obtiene grandes éxitos militares. El prestigio
de sus triunfos coloca al general Páez como líder relevante de Venezuela desde
1822 hasta la Guerra Federal.
Estos dos personajes, uno culto y civilista servidor de la
naciente Venezuela y el otro caudillo por naturaleza y por glorias militares,
tuvieron grandes diferencias. Mendoza fue invariablemente leal a Bolívar y se
opuso a las actitudes personalistas de Páez, quien por su parte, se sentía, y
en efecto era, el más importante personaje de la época en Venezuela, reputación
ganada a sangre y fuego, literalmente hablando.
Sin embargo y a pesar de las diferencias, cuando Cristóbal
Mendoza, al final de su vida en 1828, piensa retirarse del cargo de Intendente
de Venezuela, el general Páez se opone enérgicamente. Inmediatamente Páez le
escribe una carta a Bolívar donde le dice: "... si Mendoza dejase el
puesto [de Intendente], se abre la puerta a la corrupción y la mala fe en los
empleados; este hombre les impone respeto por su saber, probidad y
severidad...".
Estos dos personajes nos enseñan el camino que debe recorrer
Venezuela para su efectiva reconciliación. Posiblemente a Páez le causaba
desagrado el adelantado freno humanista de Mendoza y la admiración que el
Libertador siempre le manifestó. Seguramente a Mendoza le generaban rechazo las
bruscas maneras del gobierno de Páez y sus imposiciones militaristas. El uno y
el otro, sin embargo, no ocupaban sus cargos para sentirse a gusto con sus
entornos, sino que las funciones públicas las ejercían por el bien de la
patria.
Cuando los vientos de hoy pasen de largo, será mucho lo que
debemos voltear al pasado, rescatando la memoria y el ejemplo de nuestros
fundadores. Venezuela, en su rica diversidad, necesitará tanto de agua como de
aceite, tanto de razón como de carisma, el concurso de todos sus talentos y la
disposición generosa y desinteresada de desiguales en beneficio del bien común,
tal y como hicieron Cristóbal Mendoza y José Antonio Páez.
@GamezArcaya
Labels: cristóbal Mendoza, Estadistas, Estatua del General José Antonio Páez, Valores Nacionales
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