Sunday, May 6, 2012

Agua y Aceite (José Antonio Páez- Cristóbal Mendoza)

http://www.eluniversal.com/opinion/120502/agua-y-aceite
1863 - José Antonio Páez  fotografíado por  de Anonimi  (0,255 x 0,20)

Cristóbal Mendoza Trujillo (Edo. Trujillo) 23.6.1772 - + Caracas, 8.2.1829

Tomado de:

FRANCISCO GÁMEZ ARCAYA |  EL UNIVERSAL
Miércoles 2 de mayo de 2012  03:17 PM
Eran personajes antagónicos. Cristóbal nació en Trujillo, humanista y gran abogado, por entonces líder civil de la provincia de Barinas a comienzos de la Independencia. José Antonio nació en el llano, su carisma poderoso esclavizaba las voluntades de los hombres para ponerlos al frente de una guerra usualmente resuelta a machetazos.

Recorrieron caminos distintos. Cristóbal Mendoza, antes de llegar a Caracas en 1811, a los treinta y ocho años de edad, es nombrado cabeza del Triunvirato Ejecutivo por el Congreso Constituyente, preside la recién nacida República y firma de primero el Acta de la Independencia luego del acuerdo del 5 de julio. De ahí en adelante, Mendoza contribuía a organizar la estabilidad civil que diera permanencia a los logros militares independentistas. Sirvió al país en altísimas responsabilidades y en 1827, según los acuerdos alcanzados entre Bolívar y Páez, Cristóbal Mendoza es nombrado Intendente de Venezuela.

Por su parte, José Antonio Páez, por los años de 1813, era un aguerrido pero desconocido miembro del ejército patriota. En 1816, a fuerza de batallas y liderazgo, Páez es ascendido a general de brigada y nombrado por sus pares como jefe absoluto de la llanura. En 1818 se entrevista con el Libertador y de ahí comienza una unión que obtiene grandes éxitos militares. El prestigio de sus triunfos coloca al general Páez como líder relevante de Venezuela desde 1822 hasta la Guerra Federal.

Estos dos personajes, uno culto y civilista servidor de la naciente Venezuela y el otro caudillo por naturaleza y por glorias militares, tuvieron grandes diferencias. Mendoza fue invariablemente leal a Bolívar y se opuso a las actitudes personalistas de Páez, quien por su parte, se sentía, y en efecto era, el más importante personaje de la época en Venezuela, reputación ganada a sangre y fuego, literalmente hablando.

Sin embargo y a pesar de las diferencias, cuando Cristóbal Mendoza, al final de su vida en 1828, piensa retirarse del cargo de Intendente de Venezuela, el general Páez se opone enérgicamente. Inmediatamente Páez le escribe una carta a Bolívar donde le dice: "... si Mendoza dejase el puesto [de Intendente], se abre la puerta a la corrupción y la mala fe en los empleados; este hombre les impone respeto por su saber, probidad y severidad...".

Estos dos personajes nos enseñan el camino que debe recorrer Venezuela para su efectiva reconciliación. Posiblemente a Páez le causaba desagrado el adelantado freno humanista de Mendoza y la admiración que el Libertador siempre le manifestó. Seguramente a Mendoza le generaban rechazo las bruscas maneras del gobierno de Páez y sus imposiciones militaristas. El uno y el otro, sin embargo, no ocupaban sus cargos para sentirse a gusto con sus entornos, sino que las funciones públicas las ejercían por el bien de la patria.

Cuando los vientos de hoy pasen de largo, será mucho lo que debemos voltear al pasado, rescatando la memoria y el ejemplo de nuestros fundadores. Venezuela, en su rica diversidad, necesitará tanto de agua como de aceite, tanto de razón como de carisma, el concurso de todos sus talentos y la disposición generosa y desinteresada de desiguales en beneficio del bien común, tal y como hicieron Cristóbal Mendoza y José Antonio Páez.

@GamezArcaya



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