Sin la Logística llanera del General José Antonio Páez, no se da la Batalla de Carabobo. Parte II
Esta semana presentamos la II Parte del escrito, Sin la Logística llanera del General José Antonio Páez, no se da la Batalla de Carabobo. Narración del escritor Robert Cunninghame Gran, quien nos deleita con sus comentarios respecto de la maniobra ejecutada por el Centauro de los Llanos.
CAPILUTLO XIV
El año de 1821 fue el más memorable en la prolongada lucha contra España…”
“…Durante todo el día pacen y dan poco que hacer, y al inexperto le parecería que no hay peligro de estampida. Por la noche, casi a la misma hora que sus compañeros se escaparon la noche anterior, se ponen inquietos y súbitamente algunos corren como remolino de viento en la dirección del lugar donde los criaron. Nada les detiene, y siguen su camino como una paloma mensajera lo hace por el espacio. Casi invariablemente toman un camino diferente de aquél hacia el que se les ha empujado. Nunca vacilan, y no necesitan brújula para orientarse, pasando por pantanos y ríos profundos si se interponen entre ellos y su “ querencia”…”
“…La dificultad de cruzar ríos como el Arauca, el Apure o La Portuguesa, todos ellos de una anchura de al menos un cuarto de milla, debe de haber sido casi insuperable excepto para hombres como Páez que se encontraban a sus anchas en una canoa como sobre un caballo…”
“…Es fama que los caballos donados son difíciles de dirigir en manada y al menos son tan peligrosos en relación con la estampida como los salvajes, e incluso resulta más difícil aún obligarlos a entrar en un río se saben que han de nadar…”
El hacer cruzar ganado, aunque requiere experiencia y cuidado, pudo haber sido una tarea menos difícil.
Un escritor de aquellos días relata que si al ganado no le gustaba enfrentarse con el agua, los llaneros de aquellos días solían atar los cuernos de una vaca a la cabeza de un buen nadador, que se echaba entonces al agua, y el ganado, viendo los cuernos, creía que era un animal y lo seguía obedientemente.
Antes de que comenzara definitivamente la campaña, Bolívar destaco al General Bermúdez para que ocupara Caracas. Esto lo logro con éxito, con el efecto de que el General realista Morales evacuara Calabozo y marchara contra Bermúdez, mientras Latorre, comandante en Jefe español, abandonaba su posición en San Carlos para tomar otra en las históricas llanuras de Carabobo. Embestido por todas las fuerzas de Morales, Bermúdez se vio obligado a retirarse hacia el este, y después de varias victorias insignificantes en El Alto de Macuto, sufrió una severa derrota en el lugar llamado “El Calvario de Caracas”, en las afueras de la capital…”
Tomado de: José Antonio Páez Robert Cunninghame Gran. Caracas: Talleres Italgrafica de la Biblioteca de Temas Mirandinos Colección República No 43. 1991
CAPILUTLO XIV
El año de 1821 fue el más memorable en la prolongada lucha contra España…”
“…Durante todo el día pacen y dan poco que hacer, y al inexperto le parecería que no hay peligro de estampida. Por la noche, casi a la misma hora que sus compañeros se escaparon la noche anterior, se ponen inquietos y súbitamente algunos corren como remolino de viento en la dirección del lugar donde los criaron. Nada les detiene, y siguen su camino como una paloma mensajera lo hace por el espacio. Casi invariablemente toman un camino diferente de aquél hacia el que se les ha empujado. Nunca vacilan, y no necesitan brújula para orientarse, pasando por pantanos y ríos profundos si se interponen entre ellos y su “ querencia”…”
“…La dificultad de cruzar ríos como el Arauca, el Apure o La Portuguesa, todos ellos de una anchura de al menos un cuarto de milla, debe de haber sido casi insuperable excepto para hombres como Páez que se encontraban a sus anchas en una canoa como sobre un caballo…”
“…Es fama que los caballos donados son difíciles de dirigir en manada y al menos son tan peligrosos en relación con la estampida como los salvajes, e incluso resulta más difícil aún obligarlos a entrar en un río se saben que han de nadar…”
El hacer cruzar ganado, aunque requiere experiencia y cuidado, pudo haber sido una tarea menos difícil.
Un escritor de aquellos días relata que si al ganado no le gustaba enfrentarse con el agua, los llaneros de aquellos días solían atar los cuernos de una vaca a la cabeza de un buen nadador, que se echaba entonces al agua, y el ganado, viendo los cuernos, creía que era un animal y lo seguía obedientemente.
Antes de que comenzara definitivamente la campaña, Bolívar destaco al General Bermúdez para que ocupara Caracas. Esto lo logro con éxito, con el efecto de que el General realista Morales evacuara Calabozo y marchara contra Bermúdez, mientras Latorre, comandante en Jefe español, abandonaba su posición en San Carlos para tomar otra en las históricas llanuras de Carabobo. Embestido por todas las fuerzas de Morales, Bermúdez se vio obligado a retirarse hacia el este, y después de varias victorias insignificantes en El Alto de Macuto, sufrió una severa derrota en el lugar llamado “El Calvario de Caracas”, en las afueras de la capital…”
Tomado de: José Antonio Páez Robert Cunninghame Gran. Caracas: Talleres Italgrafica de la Biblioteca de Temas Mirandinos Colección República No 43. 1991
Labels: Anecdotas, Biografía, Deschavetizar, General José A. Páez
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