Thursday, August 26, 2010

PÁEZ, EL HÉROE DE LAS QUESERAS DEL MEDIO





Tomado de:

http://verdaduniversaldivina.blogspot.com/2010/08/paez-el-heroe-de-las-queseras-del-medio.html

Posted in Autor: ©Giuseppe Isgró C. By Giuseppe Isgró C

El 13 de junio de 1790, nació uno de los máximos héroes de la Patria y uno de sus hijos más ilustres: José Antonio Páez. La hazaña cuyo recuerdo emocionaba más al General Páez, era la de “las Queseras del Medio”, donde con un selecto grupo de 153 hombres, logró una de las más grandes victorias militares de la historia.

Estando Bolívar en Apure, y los realistas, al mando de Pablo Morillo, en las del río Arauca, en la margen izquierda del sitio conocido como “las Queseras del Medio”, llamó a Páez, a quien, -según relato del General Guzmán Blanco, que le contara uno de los héroes-, le dijo, frente a los demás jefes patriotas: -“Qué clase de valor es el suyo, General Páez? -¿Qué especie de jinetes tiene usted que no puede hacer una simple diversión al enemigo, una recorrida siquiera para tantear sus posiciones?

A lo cual, Páez, le respondió: -“Mi General, yo no sabía que en un Campamento en que “Vuecencia” es el Jefe me fuese permitida ninguna iniciativa: excúseme “Vuecencia”, que yo espero reparar la falta que involuntariamente haya cometido”. –“Diga usted, le contestó Bolívar”. –“Yo conozco, le refiere Páez-, un vado que está más arriba, y, si “Vuecencia” me deja escoger 150 jinetes y los jefes y oficiales que me acompañen, saldré esta misma noche, y mañana, antes del mediodía, espero estar inquietando a Morillo”. –“Muy bien, muy bien, respondió Bolívar; eso es lo que yo esperaba de usted”.

Era el dos de abril de 1819, y en la madrugada siguiente estaría cumplida la hazaña; constituyendo fecha gloriosa en los anales del valor, del heroísmo y de la libertad patria. Páez escogió 153 hombres, los dividió en siete grupos, puso al mando de cada uno a: los coroneles: Francisco Carmona; Francisco Arismendi; Cornelio Muñoz; los Tenientes coroneles: Juan Antonio Mina, Juan Gómez, Fernando Figueredo y Juan José Rondón. Su jefe de Estado Mayor era el General Justo Briceño; reservándose un grupo que dirigió personalmente él.

En primer lugar, atraviesa el río, se acerca a un lugar donde se encontraba una avanzada del ejercito realista, tomándola prisionera; luego, encuentra una segunda avanzada, denominada Gran Guardia, con iguales resultados. Acto seguido, realizaría la gran hazaña de las Queseras del Medio. Páez estaba fuertemente motivado, debido a que se encontraba ofendido en su amor propio, por cuanto, un realista pasado al bando patriota le había referido que Pablo Morillo planeaba capturarlo y hacerlo prisionero, en una de esas tantas escaramuzas, mediante las cuales, -con pleno dominio del arte de guerrear, y emulando al gran estratega romano Fabio Máximo, quien para desgastar al enemigo de Roma, Aníbal, empleó estrategia similar a la que usaba Páez, indicio certero de que éste, en 1819, ya había leído las Vidas Paralelas, de Plutarco, tal como conocía ya La Ilíada y La Odisea, de Homero. Por ejemplo, Páez, para privar al enemigo el acceso a pertrechos, provisiones y refugio, previa consulta con la Población de San Fernando, quemó el pueblo completo. Luego, prendía fuego a grandes extensiones de pastos, con exterminio del ganado yacente, lo cual privaba de alimento a los realistas y a la vez los corría de los lugares donde acampaban. De noche, amarrando cueros secos a las colas de caballos salvajes, -al igual que Aníbal utilizaba bueyes-, los lanzaba a los campamentos realistas, creando grandes estragos y alarmas, que los mantenían en vilo, y, además, en constante inquietud.

Igualmente, Páez, regularmente, atacaba a los realistas con un puñado de hombres, pero sin involucrarse en la batalla, hacía que huía, llevando a los realistas a lugares peligrosos dentro de los morichales, donde, tanto los cavallos como los jinetes, generalmente, quedaban atrapados.

Morillo estaba claro que sin Páez como líder los llaneros dejarían de ser tan peligrosos. Dentro del plan del día, Páez calculó hasta donde llegarían los proyectiles enemigos, mando a poner señales después de las cuales, en el ataque, no se debía pasar; y, atacando, al acercarse a la señal, los realistas dispararon, perdiéndose el efecto de la carga, para acto seguido, Páez y los suyos, simulaban un escape, yendo en pos de ellos Morillo y los suyos, por considerar que abandonaban la batalla.

Páez, intenta inducirlos hacia el sitio donde le tendía una emboscada con uno de sus grupos. Morillo, trata de envolver a Páez y los suyos, con dos alas laterales, para hacerlo prisionero, lo cual estuvo muy cerca de lograr. Luego, a una orden de Páez, con voz de trueno, diciendo: -“vuelvan cara..s”, esos intrépidos héroes se volvieron al ataque, lanzas en manos, introduciéndose en las desconcertadas filas realistas por el centro, a quienes, en lucha cuerpo a cuerpo, fueron diezmando, una parte por la lucha directa, y, la mayor parte, por cuanto los llaneros, conocedores del terreno, fueron llevando a los realistas a los lugares peligrosos por los morichales y del río Arauca, en los cuales, -los realistas-, por lo regular, entraban pero no salían.

El gran desconcierto que tal estrategia provocó entre los soldados realistas, creó tal terror que los indujo a un abandono desordenado de la batalla, causando, ellos mismos, gran estrago entre sus propias filas.

Morillo, al resguardo de un bosque, llegada la noche, pudo salvar buena parte del ejercito, y recuperar el ánimo de los suyos; pero, sus bajas fueron cuantiosas, mientras que, en las filas patriotas, sólo hubo dos bajas y seis heridos; con deceso de uno de ellos al día siguiente.

Ya estaba sellada la gran victoria. Un puñado de 153 hombres puso en jaque, diezmándolo, a un ejército de 7.000 hombres entrenados en la guerra contra Napoleón.

Nada igual relata la historia. Pero, el impacto psicológico fue aún mayor. Morillo comenzaba a ver la “imbatibilidad” del ejército patriota. Páez y sus hombres, cual Aquiles, esperan su Homero para relatar tales hechos heroicos. Todo este prodigio de valor, heroicidad, patriotismo y habilidad, tenía por testigos, montados sobre las copas de los árboles, a Bolívar y al resto del ejercito patriota, quienes expectantes, con gran admiración, contemplaban tan sorprendente e incomparable hazaña.

Al regreso de Páez, con sus soldados, Bolívar lo abraza, felicitándolo y, en seguida, los premia a todos, con la Cruz de los Libertadores, lanzando la proclama: -“A los bravos del ejercito de Apure”, en cuya parte final, expresa: -“¡Soldados, lo que se ha hecho no es más que el preludio de lo que podéis hacer. Preparaos al combate, y contad con la victoria que lleváis en las puntas de vuestras lanzas y de vuestras bayonetas”.

El profesor José A. Febres Guevara, en su excelente obra: “Los héroes de las Queseras del Medio”·, ha sintetizado, en un bien documentado trabajo, la vida de los 153 héroes. Muchos de ellos, participarían, después, de las batallas de Boyacá, Carabobo, la toma de Puerto Cabello, Junin y Ayacucho. La proyección de “las Queseras del Medio”, su efecto glorioso y estímulo electrizante en la elevada auto-estima del ejército patriota, hay que verlo en la globalidad de la Guerra de la Independencia.

Páez, con el pasar del tiempo, seguiría prestando sus valiosos servicios a la Patria.

Adelante.

Labels: ,

Sunday, August 1, 2010

La leyenda del negro primero


Escultura del Negro Primero en San Fernando de Apure

Tomado de:

http://www.jacknoticias.com/2010/07/la-leyenda-del-negro-primero.html

Sábado, 31 julio del 2010 a las 20:44

Miguel Azpúrua.- En el sincretismo religioso del venezolano existe una figura que tiene muchos devotos, es la del Negro Primero.

La representan con un busto de un hombre de raza negra, labios gruesos, nariz achatada y pelo ensortijado; con uniforme de colores rojo y negro. ¿Pero quien fue el Negro Primero? ¿Por qué se le venera? ¿Existió realmente? Bien, esas son las interrogantes principales que hoy trataremos de responder desde el punto de vista historiográfico. Su nombre era Pedro Camejo, había nacido en San Juan de Payara, estado Apure, en la hacienda de un español de nombre Vicente Alonso.

Hijo de esclavos negros procedentes de Guadalupe, isla francesa en el grupo de sotavento caribeño; se calcula que nació por 1790, de escasa preparación educacional pero de carácter vivaz y ladino. Actuó en la guerra de Independencia a las órdenes del asturiano José Tomás Boves, quien lo reclutó entre una partida de negros cimarrones que se unieron al feroz realista en octubre de 1813. Formará parte de la terrible “legión infernal” que asolaba los campos y pueblos venezolanos, tenían autorización expresa de su jefe Boves, para que después de tomar cualquier población, practicasen el pillaje, vandalismo, ingesta alcohólica y violación de mujeres.

El Negro Primero estuvo con Boves hasta la muerte de éste en la batalla de Urica, hoy estado Anzoátegui, el 5 de diciembre de 1814. Lloró la muerte del caudillo y jefe y con otros de la mesnada volvió a los llanos apureños. En 1816 se alista como voluntario a las órdenes de Francisco Aramendi y su batallón de caballería, todos pertenecientes a las fuerzas del entonces comandante José Antonio Páez. Camejo era alto, corpulento, valiente y decidido. Con Aramendi tomó parte en las acciones de Mata de la Miel, Yagual, Achaguas y Banco Largo, en decisivos combates favorables a los patriotas; el Negro Primero fue uno de los 150 lanceros que tomaron parte en la legendaria batalla de las Queseras del Medio (2 de abril de 1819) y en su pecho lució la condecoración “Orden de los Libertadores”; en la culminación de la Campaña de Apure, emprendida bajo la supervisión directa de El Libertador Simón Bolívar Palacios.

Existen menciones de que Bolívar se interesó por el Negro Primero y por ello solicitó informes a Páez sobre él, charlaron sobre su incorporación al ejército libertador, diciendo Camejo que al principio lo había hecho por codicia y por la probabilidad de obtener prebendas y tierras, tal como El Libertador lo había prometido; pero que luego comprendió que “la Guerra de Independencia era con fines mas elevados”. Así son las leyendas que surgen de los hechos, que transmitidos, bien sea oralmente o con otro tipo de testimonios, se engrandecen de tal forma en las mentes del vulgo, quienes le atribuyen poderes milagrosos o así lo esperan fervorosamente.

Cuenta el general José Antonio Páez en su Autobiografía: “Camejo, teniente de caballería, se me acercó, en plena lucha en Carabobo el 24 de junio de 1821, y yo le grité: -¿Por qué huyes cobarde? A lo que el Negro primero me contestó: -¡General, vengo a decirle adiós, porque estoy muerto!; acto seguido él y su caballo cayeron a mis pies”. En la batalla perdieron la vida el general Manuel Cedeño “El bravo de los bravos de Colombia” y el coronel Ambrosio Plaza; este último murió en los brazos de Bolívar expresando: “-Mi General muero con gusto en este campo de victoria, llegué hasta donde no pudo Páez”.

Pedro Camejo –como relatamos- murió en la batalla de Carabobo, la más importante acción de guerra de Venezuela y la que resultó decisiva para su emancipación. Al Negro Primero –cuenta la leyenda- le apodaron así, porque aseguraba que: “-Delante de mi solamente la cabeza de mi caballo”. Murió en pleno combate, heroicamente, como le gusta a la conseja popular; y es por eso que su gesta ha trascendido sobre hechos reales y su personalidad ha ido más allá de mitos y leyendas. En tierras de encanto y superstición, tales como Sorte, Yaracuy, santuario de la diosa María Lionza; el Negro Primero integra el panteón pagano de la superchería y las falsas creencias, y será por ello que goza de la devoción de un pueblo tan ingenuo, como lo fue él mismo…

Fuente: Miguel Azpurua desde Venezuela

Labels: , ,

Recordando al General Páez


General. José Antonio Páez en su traje de Llanero

Litografía Tomada de la Edición de su Autobiografía de 1867. De 0,22 x 0,135

Tomada

http://josedionisiosolorzano.blogspot.com/2010/07/recordando-al-general-paez.html

jueves 29 de julio de 2010

En estos tiempos en los cuales defender a los “enemigos” del régimen es un delito, me atrevo a escribir sobre uno de los personajes de nuestra historia más vilipendiado por el chavismo, el “Boves bueno”, el taita de los lanceros, el centauro del llano, el General José Antonio Páez.
Erguido sobre el lomo de su caballo, rodeado de la polvareda que levantan los cascos de las bestias que cabalgan sus hombre que a todo tropel se abalanzan contra la metralla enemiga, viendo a sus rivales en rigoroso uniforme hondeando las banderas del Rey, se ve el cuerpo vetusto y gallardo de quien es el amo y señor de la planicie llanera venezolana.
Las balas de sus rivales no lo tocan, a sus lados yacen los cadáveres de sus compañeros agujerados por el aguacero de plomo que cae de las filas de los españoles, él firme levanta la voz que se dispersa por toda la batalla gritando: Viva la Libertad, carajo.
El general que con 157 hombres derrotó en la batalla de Las Queseras del Medio, a las trompas realistas, que lo cuadriplicaban en número, el mismo que fue el ejecutor del plan maestro del Libertador Simón Bolívar en la batalla de Carabobo, que dio la libertad por completo a la república.
Éste hombre que es visto por muchos como inculto, pero escasas personas recuerdan su faceta de músico, compositor, y actos de teatro, nadie trae a colación que es el creador de la república, el fundador de la nación, un hombre que gobernó a Venezuela en tres oportunidades y logró el reconocimiento internacional, legalizó a aquella nación repleta de montoneros, le dio cuerpo al Estado Nacional.
El General Páez, quien derrotó a los españoles asestándole los más duros golpes durante la Guerra de Independencia, es hoy maltratado e insultado por los llamados chavistas, que poseen el tupé casi obsceno de llamar al gran jefe de los “Bravos de Apure”, traidor a la causa libertaria.
Los venezolanos debemos de reconocer quienes son los verdaderos traidores a nuestra nación, aquellos que la han regalado a las bahías caribeñas de la isla de Cuba, a aquellos que han repartido nuestras riquezas en Argentina, Uruguay, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, aquellos que han vivido simplemente para menospreciar nuestra propia calidad humana y recuren a profesionales de otras naciones ha hacer los trabajos que pudiéramos realizar los criollos.
José Antonio Páez, es el representante de los llaneros, de todos y cada uno de los venezolanos que amamos esta república y que hacemos todos los esfuerzos necesarios y alcanzar nuestras metas, que no son otras que consolidar a Venezuela, como un territorio para la libertad, como lo había soñado el Generalísimo Francisco de Miranda y el Libertador Simón Bolívar
.

Labels: , , , ,