LA GRATITUD DEL GENERAL JOSÉ ANTONIO PÁEZ
Elaborado en 1841 por Carmelo Fernández (sobrino de José Antonio Páez) 0,20 x 0,125
En 1813, un catalán avecinado en Guanare, Juan Rafarte, le salvó la vida al General Páez. Este no olvidó nuca aquel gesto del oficial realista, y más tarde la demostró su gratitud, intercediendo por él, como se puede leer en el documento que sigue. “El Centauro del Llano”, como todas las almas grandes y nobles, era agradecido.
Departamento de Venezuela.- Comandancia General.-Cuartel General en Maracay, enero 9 de 1824.
Señor Secretario del Interior:
En la ciudad de Guanare de este Departamento está avecinado el señor Juan Rafarte, oriundo de Cataluña. Hasta la rendición de Maracaibo permaneció bajo las banderas de su Gobierno, y bajo la garantía de la capitulación regreso a Guanare a ponerse a la cabeza de sus intereses y su casa que poseía desde los primeros años de su juventud.
Como por el decreto de expulsión de los españoles desafectos fue intimado a desocupar el país, quiero hacer al Gobierno una ligera observación fundada en el mismo decreto de expulsión. En uno de de sus artículos excluye a los que hayan hecho servicios notorios a la patria. El catalán Rafarte me tomó de la mano del cadalso en que me pusieron los españoles el año 1813, me restituyo la vida y me entregó a la Patria; por consiguiente, si mis servicios a ella son importantes, esos son los ha hecho el señor Rafarte, esos son los que yo alego en su favor, y esos son los que la gratitud me obliga a conservar en mi corazón y a publicarlos como un testimonio de mi reconocimiento.
Si el Gobierno quiere ver a un tiempo mismo con ojos benignos y justos este informe, yo me atrevo además a darle el nombre de recomendación muy particular, apoyándola con los servicios que he hecho en mi patria, aunque no han llevado otro interés que el amor a ella. Sírvase pues, V.S. pedir a mi nombre al Gobierno una declaratoria honrosa a favor del señor Rafarte, y el permiso para residir en Colombia bajo la garantía de sus leyes.
Dios guarde a V.S
José A. Páez
Demostraba así el héroe de las Queseras del medio su gratitud a quien le había salvado la vida, magnanimidad y nobleza de alma con este gesto hacia un realista enemigos en el campo de batalla peo hermanos en el campo del honor.
Referencia:
Manuel Pérez Vila: Pulso en la historia, la Gratitud del General Páez, en “El Nacional”, Caracas 11 de noviembre de 1971.
En 1813, un catalán avecinado en Guanare, Juan Rafarte, le salvó la vida al General Páez. Este no olvidó nuca aquel gesto del oficial realista, y más tarde la demostró su gratitud, intercediendo por él, como se puede leer en el documento que sigue. “El Centauro del Llano”, como todas las almas grandes y nobles, era agradecido.
Departamento de Venezuela.- Comandancia General.-Cuartel General en Maracay, enero 9 de 1824.
Señor Secretario del Interior:
En la ciudad de Guanare de este Departamento está avecinado el señor Juan Rafarte, oriundo de Cataluña. Hasta la rendición de Maracaibo permaneció bajo las banderas de su Gobierno, y bajo la garantía de la capitulación regreso a Guanare a ponerse a la cabeza de sus intereses y su casa que poseía desde los primeros años de su juventud.
Como por el decreto de expulsión de los españoles desafectos fue intimado a desocupar el país, quiero hacer al Gobierno una ligera observación fundada en el mismo decreto de expulsión. En uno de de sus artículos excluye a los que hayan hecho servicios notorios a la patria. El catalán Rafarte me tomó de la mano del cadalso en que me pusieron los españoles el año 1813, me restituyo la vida y me entregó a la Patria; por consiguiente, si mis servicios a ella son importantes, esos son los ha hecho el señor Rafarte, esos son los que yo alego en su favor, y esos son los que la gratitud me obliga a conservar en mi corazón y a publicarlos como un testimonio de mi reconocimiento.
Si el Gobierno quiere ver a un tiempo mismo con ojos benignos y justos este informe, yo me atrevo además a darle el nombre de recomendación muy particular, apoyándola con los servicios que he hecho en mi patria, aunque no han llevado otro interés que el amor a ella. Sírvase pues, V.S. pedir a mi nombre al Gobierno una declaratoria honrosa a favor del señor Rafarte, y el permiso para residir en Colombia bajo la garantía de sus leyes.
Dios guarde a V.S
José A. Páez
Demostraba así el héroe de las Queseras del medio su gratitud a quien le había salvado la vida, magnanimidad y nobleza de alma con este gesto hacia un realista enemigos en el campo de batalla peo hermanos en el campo del honor.
Referencia:
Manuel Pérez Vila: Pulso en la historia, la Gratitud del General Páez, en “El Nacional”, Caracas 11 de noviembre de 1971.
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